Al finalizar el proyecto, los estudiantes de 5° grado habrán incorporado habilidades básicas para manejar el dinero de manera responsable y segura. Podrán distinguir necesidades de deseos, organizar un presupuesto simple, practicar hábitos de ahorro y reconocer riesgos digitales relacionados con el uso del dinero, fortaleciendo su autonomía y su capacidad de toma de decisiones.
Las familias y docentes reforzarán estos aprendizajes a través de las instancias de participación y acompañamiento, favoreciendo la continuidad de las prácticas adquiridas por los niños en la vida cotidiana.
Las instituciones educativas integrarán una propuesta innovadora y formativa que promueve competencias para la vida, mejora la calidad educativa y contribuye al desarrollo integral de los estudiantes.
Impacto esperado a corto plazo
Los estudiantes incorporan conceptos básicos de educación financiera y ciberseguridad adaptados a su edad.
Mejoran la capacidad para diferenciar necesidades de deseos y tomar decisiones de consumo más reflexivas.
Desarrollan hábitos iniciales de organización del dinero y prácticas simples de ahorro.
Reconocen señales de riesgo en juegos y plataformas digitales que ofrecen recompensas económicas.
Las escuelas fortalecen su propuesta pedagógica con contenidos actuales y relevantes para la vida cotidiana.
Impacto esperado a mediano plazo
Los estudiantes sostienen hábitos de decisión responsable, mostrando mayor autonomía y criterio al administrar pequeñas sumas de dinero.
Disminuye la vulnerabilidad frente a estímulos digitales engañosos o prácticas de riesgo relacionadas con el dinero.
Las familias acompañan con mayor conciencia la educación financiera de los niños, reforzando prácticas saludables en el hogar.
Las instituciones educativas consolidan este enfoque como parte de su cultura escolar, ampliando oportunidades de aprendizaje significativo y creando entornos más seguros y preparados para los desafíos actuales.